El pasado domingo 8 de mayo los Transformers cumplieron treinta y dos años de vida, pero también este año se está celebrando los treinta años de la película animada (y también se están cumpliendo los veinte años de las guerras de bestias, pero eso, pff, ¿a quién le importa? -naaa, sí importa, pero luego escribiré sobre eso-), y este es mi post para unirme a esta celebración.
Conocí la película animada de Transformers cuando recién me uní al Foro de Transformers Hispanos, y aunque sabía toda la trama, al verla eso no me arruinó la experiencia; sabía que Optimus Prime moría y que lo hacía de un modo dramático y ni aún así evité llorar. De acuerdo, exagero, el caso es que cuando vi la película la disfruté mucho, sobre todo por la música, puro y absoluto rock ochentero.
Sí, ya sé, para las almas venidas de lo más hórridas profundidades del infierno esta música les parece harto ñoña; sí, también sé que hay soundtracks más representativos de la década de los ochenta, sí, también sé que Transformers no es una de las franquicias más populares; ajá, también que su serie sólo es un comercial de media hora para sus juguetes. Pero, ¿saben qué?, cuando escucho The Touch nada de esto importa.
Todavía me tocó la última parte de la época de los LP, aún vi en los comerciales de televisión la leyenda 'disponible en LP y cassette', alcancé a ver discos de acetato como regalos navideños, llegué a escuchar a grupos como Enanitos Verdes en compilaciones de vinil. Todavía mucho después, en pleno reinado de los CD, me dediqué a escuchar los grandes clásicos de la música vernácula mexicana en treinta y tres revoluciones por minuto. En la casa de mi gran amigo de Tacubaya oí a los maestros del rock piscodélico y progresista al paso de la aguja en el negro surco infinito.
Para mí no es cosa de hipsters, el disco de acetato fue un compañero habitual hasta que me mudé de casa de mis padres hace algunos años, desde entonces perdí la pequeña ceremonia que implica poner un disco de vinil. Les voy a ser honestos, yo no alcanzó a distinguir alguna superioridad acústica respecto al CD, para mí la diferencia está en esa ceremonia de escuchar música y no simplemente dejar que corra la lista de reproducción, en el LP el acomodo de los tracks tiene un significado, así como el espacio definido por el lado A y B.
No sé cuántas veces habré escuchado el soundtrack de la película animada de Transformers, es más, en algunos momentos The Touch es la música que uso para mi alarma de la mañana, a veces también me ha acompañado al gimnasio; pero la experiencia de escucharlo en este formato fue lo suficientemente diferente como para haberle escrito este post.
Genialmente nostálgico!
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