¿Los blogs han muerto? Seis años de 'Suta, el blog'.

Sí, definitivamente, desde hace varios años, entonces, ¿para qué escribir un post sobre esto?, seguro sólo es para quejarse, o cómo ahora le dicen los millenials: para rantear. Señores, señoritas, sean ustedes bienvenidos al post de sexto aniversario de Suta, el blog, pasen y descubranlo por ustedes mismos.

Los blogs tuvieron un auge tremendo hace años, quizás más de diez; casi todo mundo tuvo uno, y se escribieron parrafadas incalculables; había de todos temas, aunque pocos diversificaron sus recursos, la mayoría se trató de enorme diarios personales, pero públicos. Pasado un tiempo algunos alcanzaron cierta notoriedad (como el de aquella abuela bloguera), luego decayeron y evolucionaron.

Sobrevivieron los blogs estilo tabloide y la brevedad es su sello, ante el marasmo de la información los blogs puntero tienden a elaborar reseñas minimalistas y noticias puntuales agregando algún comentario, también son muy usuales las listas tipo top ten.

Además, vino la emergencia de los dispositivos móviles, cada día entramos más a Internet mediante celulares y tabletas; aunado a esto cada día Internet tiende a ser solamente Facebook, Twitter, Instagram y variantes de estas redes sociales. Nos estamos acostumbrando a un vertiginoso ritmo y por razones de tiempo y economía, preferimos gastar pocos megas en memes y gifs.

Si desde los principios de Internet cualquier persona podía generar contenidos, ahora es mucho más rápido el proceso. Un par de fotos con el celular, unas cuántas líneas y en menos de quince minutos tienes un post en Facebook. Más de uno realiza esta práctica, sucede entonces que la atención todavía se atomiza más, y no sólo eso, se crean especies de cotos, amiguismos; además de rencillas y jettaturas. La interacción también ha cambiado. Los comentarios en los blogs han disminuido notablemente (no lo digo sólo por él mío), en cambio, son sustituidos por gratuitos likes.

El año pasado los amigos Wreckers de Puebla me hicieron una pequeña entrevista, una de las preguntas era sobre mi preferencia entre los Blogs o Facebook. No lo dudé, prefiero mil veces el blog, porque en Facebook todo es inmediato y fugaz, tanto que es muy complicado rastrear un evento ajeno de hace más de dos meses. Principalmente porque el contenido de las cuentas de Facebook no está indexado a Google.

¿Qué es esto?, probablemente es una de esas pláticas que mascullan los viejitos para sí mismos; esa especie de todo tiempo pasado fue mejor, pero quisiera agregar que escribí este post para dejar claro, que a pesar que los tiempos cambian yo tengo mis motivos para no acelerar mi proceso, para no entrar en la factoría facebookista.

Desde hace un par de años mi blog le ha dado continuidad y forma a mi colección, le ha dado un sentido y un propósito, más allá de los resortes íntimos y personales; es decir, es una especie de vitrina, y si me permiten la palabra mayúscula, es una especie de museo, al que hay que dotar de un discurso, de una museografía.

No blogueo tanto como quisiera, ni tampoco de la forma en que me gustaría (esos largos post que parecían tesinas), pero aquí sigo, dándole su tiempo. Después de seis años no lo he abandonado, ni planeo dejarlo aún.

Sé que aún tengo algún lector fiel, además de los de ocasión y los que Google arroja a este sitio, me agrada saber que alguien leerá esto, me agrada saber que mis fotos serán de utilidad a alguien, mentiría si no digo, que también escribo pensando en ustedes.

A lo mejor ya pasó el tiempo de los blogs, no lo sé. No hago esto por notoriedad, quizás ya no tanto. Me place saber que lo hago más por mí.